ETA sigue viva.
Que no me digan lo contrario.
ETA sigue viva porque en una semana son ya tres los heridos por culpa de sus bombas. Y ya lo avisa la Ertzaintza: no tardará en morir alguien.
Y que no me diga lo contrario el Gobierno. ETA no está muerta, por mucho que a Zapatero le gustara la idea.
ETA está más viva de lo que lo estaba hace 2 años. ETA tiene más apoyo público que hace dos años. ETA pone más bombas que hace dos años. ETA extorsiona a más empresarios que hace dos años Y ETA sale más en los medios que hace dos años.
¿Por qué? Hace dos años, salvo en momentos puntuales, las bombas de ETA solo eran petardos, anécdotas que aparecían muy de vez en cuando en una solitaria columna perdida en la sección nacional de los periódicos.
¿Qué ha cambiado entonces? Sólo encuentro una respuesta: la irresponsabilidad de los dos principales partidos políticos del país. PP y PSOE andan a la gresca buscando votos en cualquier rendija que entrevean en la coraza del adversario. Y si es en la yugular, mejor.
El PP, por un lado, acusa al Gobierno de ser desleal con las víctimas, de jugar con ellas, de ignorarlas, y luego se sube en la pancarta y monta una manifestación en la calle Serrano. Además, acusa al Gobierno de negociar con ETA y de hacer concesiones a la banda y a su entorno para tenerlos contentos y buscar así una salida negociada al conflicto.
El PSOE, en cambio, a quien acusa de desleal es al PP por no apoyarle en su lucha antiterrorista. Lo acusa, incluso, de no querer el fin de la banda asesina, y en cambio sí querer que haya vencidos en esta "guerra".
Para empezar, claro que debe haber vencidos. ETA debe ser vencida, debe dejar la lucha y entregar sus armas. Para seguir, esto no es una guerra. El Estado español no está en guerra con nadie. Es ETA la del coche bomba, la del tiro en la nuca, la de los zulos y los cócteles molotov. Y como no es una guerra, no debe haber proceso de paz. ETA debe abandonar las armas, y mientras no lo haga, sus miembros deben ser detenidos y encarcelados. Un Estado no puede, no debe negociar con una banda terrorista: estaría legitimando el terrorismo como medio para lograr un fin. En democracia, son los partidos políticos quienes cumplen ese papel. ¿Que un grupo de ciudadanos quiere la independencia del País Vasco? De acuerdo, que formen un partido. Como si defienden los derechos del escarabajo pelotero. Mientras lo hagan de forma pacífica y dentro de las normas democráticas, no hay, no debe haber ningún problema.
En ese sentido, el PSOE está inmerso en una política de "ten cuidado, no vayamos a decir nada que moleste a alguien". Menos al PP, al PP zurrémoslo bien. A Batasuna, sonrisas y palmadas en la espalda. "Tranquilos, reuníos, tenéis derecho". Y Patxi López, presidente del Partido Socialista de Euskadi, mientras tanto, ningunea a María San Gil. Sin embargo, que el PSOE, por una cuestión puramente mercantilista (donde la mercancía codiciada es el voto), ignore al PP no quiere decir que negocie con ETA. Es más, el Gobierno ha afirmado más de una vez que para que haya diálogo el primer paso es que la banda deje las armas. Vale que por culpa de esa actitud conciliadora y de sonrisa boba el Gobierno de la impresión de ponerle las cosas fáciles a ETA, pero los hechos dicen que se sigue deteniendo a etarras, que las víctimas reciben más subvenciones y que por ahora el Estado de Derecho no ha cedido un centímetro. Y es que, como siempre, esa necesidad de contentar a todos, las buenas palabras y el talante, son la perdición de ZP.
Lo que debe cambiar es esa marginación sistemática del Partido Popular. Que el PP no lo pone fácil es evidente; que Acebes no es el mejor interlocutor, también. Pero la división entre los partidos solo beneficia a ETA: le proporciona una fisura por donde colarse, por donde inocular el veneno de la discordia, ese veneno de serpiente rastrera y traicionera.
Los dos partidos deben hacer un esfuerzo. Hay personas dentro de ambos que están dispuestos a hacer ese esfuerzo. Maite Pagazaurtundua es una de ellas. Hay más. Es necesario, porque, si no, como dice la Ertaintza, pronto habrá un muerto. Y entonces no valdrán excusas ni palabras huecas.
pd: mientras escribía esto, ETA ha puesto otra bomba; la segunda en 24 horas.