Sin embargo, lo que me ha llamado la atención es que siempre hay gente que se aprovecha de la menor oportunidad para hacer dinero, aunque esté teñido de sangre:
El surafricano Livers conduce una furgoneta, que ahora está repleta de mozambiqueños que vuelven a casa. Cobra 20 euros, la tarifa habitual, y hace dos viajes por día. Tiene una lista de espera muy larga.
El tal Livers añade luego:
Estoy muy triste. No puedo creer que esto lo hayan hecho mis compatriotas. Son nuestros hermanos.
Hay que ser cínico.
El resto del reportaje de El País, aquí.
También en El Mundo.----------------------------------------------------------
En Beirut, en cambio, la normalidad se instala en las calles, los restaurantes y las tiendas vuelven a abrir, y la gente vuelve a pasear. Las distintas facciones llegaron a un acuerdo en Doha, Qatar. El actual jefe del ejército, Michel Sleimane, se convertirá este domingo en primer ministro, y Hezbolá se ha salido con la suya: ya tiene derecho de veto sobre cualquier decisión que tome el gobierno.
1 comentario:
Bueno... no por decir algo así creo que sea cínico. Si pillan esa furgoneta ¿qué crees que le pasaría a este tipo? Corre un riesgo considerable a cambio de un precio. ¿No es como todos nosotros? Demasiado breve es la explicación de la situación personal del señor Livers como para emitir un juicio condenatorio.
Me debes un mail, rubio
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